Piernas y embarazo

¿Cómo sufren las piernas en el embarazo?

Durante el embarazo, además de una predisposición genética que no es posible cambiar, son varios los motivos por los que empeora el retorno venoso de las piernas:

  1. Vasodilatación: la progesterona genera relajación de la pared de los vasos sanguíneos por lo que estas venas se dilatan. Al dilatarse, ocurre como con el calor, que acumulan más sangre y las venas realizan peor su función de retorno venoso.
  2. Aumento de la volemia (de cantidad de sangre) promovido por los estrógenos.
  3. Factor mecánico, el aumento de peso y el aumento uterino va a generar una mayor presión intraabdominal dificultando el retorno venoso de las piernas.
  4. En ocasiones también puede ocurrir compresión de la vena cava o de las iliacas por el crecimiento uterino, sobre todo si la paciente se tumba boca arriba o hacia el lado derecho.

¿Qué patologías podemos sufrir en el embarazo?

Aproximadamente el 40% de embarazadas sufren patología venosa en piernas o en región vulvar. Es más frecuente si ya existía enfermedad venosa previa, en mujeres que ya han tenido más embarazos y en aquellas con mayor ganancia de peso o con sobrepeso.

Aunque lo anteriormente mencionado es lo más frecuente, no debemos olvidar que el embarazo y el puerperio son dos etapas en las que existe un riesgo aumentado de sufrir una trombosis venosa.

SÍNTOMAS

La clínica en una mujer embarazada suele ser la misma que la de enfermedad venosa crónica.

  • Los síntomas de pesadez, picor, quemazón en piernas, sobre todo a final de la tarde son típicos en la mujer embarazada que padece esta patología. También pueden verse varices o arañas que han aparecido o empeorado y también pueden observar edema (hinchazón) de una o ambas piernas sobre todo a lo largo del día.
  • En el caso de las varices vulvares pueden verse varices en la región de los labios y cara interna de muslo y también sensación de presión sobre la región vulvar.
  • Si nos referimos al caso de las trombosis venosas, aunque algunas se pueden manifestar con pocos síntomas, lo que más nos debe poner en alerta es un aumento del diámetro relativamente brusco de una pierna con respecto a la otra. Generalmente se acompaña de aumento de la temperatura y cambios de coloración y dolor. A veces puede asociar dolor torácico, falta de aire, tos o sangrado con la tos.

¿Cómo tratamos a las mujeres embarazadas?

En general durante el embarazo no podemos eliminar esas arañas o esas varices que han aparecido. Salvo en casos muy concretos en los que existan complicaciones, se debe esperar a finalizar la gestación.

Con la disminución de la carga hormonal, la disminución de peso y del tamaño uterino muchos cambios pueden revertirse, sobre todo las varices vulvares que en su mayoría desaparecen, por lo tanto, se debe esperar al menos 3 -6 meses tras el parto para plantear un tratamiento definitivo de aquellas varices que haya quedado.

  1. Evitar posturas estáticas: mucho tiempo de pie o sentada quieta. Debemos intentar dar paseos o al menos realizar dorsiflexión y rotación de tobillos y movimiento de los dedos de los pies.
  2. Evitar aumento excesivo de peso.
  3. Mantenerse activa durante el embarazo, siempre con control por profesionales expertos en entrenamiento durante el embarazo y fisioterapias expertas en suelo pélvico y embarazo.
  4. Poner las piernas en alto cuando nos encontramos en reposo, para ceder la fuerza de la gravedad.
  5. El realizar masajes drenantes desde los pies hacia arriba puede ayudarnos a mejorar los síntomas. Si los hacemos con cremas con efecto frío aptas para embarazadas el confort y efecto será todavía mayor.
  6. Evitar ropa muy apretada.
  7. Evitar tacones altos.
  8. Evitar fuentes de calor directo sobre las piernas: baños muy calientes, radiadores o estufas cerca de las piernas. Terminar la ducha con un poco de agua tibia nos va a disminuir el tamaño de la vena y puede mejorar también los síntomas.
  9. Evitar el estreñimiento, moviéndonos, bebiendo mucha agua e ingiriendo alimentos rica en fibra.
  10. Dormir en decúbito lateral izquierda en la segunda fase del embarazo.

Es recomendable usar prendas de compresión de farmacia / ortopedia bajo prescripción médica, sobre todo si existen síntomas, enfermedad venosa previa o trabajos en posiciones estáticas.

La mujer embarazada puede tomar fármacos para la circulación (venotónicos) bajo prescripción y control médico si existen síntomas importantes.

La utilización de cremas de efecto frío y los masajes drenantes pueden ser útiles para mejorar los síntomas. Debemos cerciorarnos de que las cremas sean aptas para el embarazo, mejor bajo prescripción médica.

¿Cómo afectan las varices a la marcha del embarazo?

Es importante destacar que, en general, la presencia de varices no se asocia a patologías del embarazo ni afectan al curso del mismo. El objetivo fundamental cuando una mujer embazarada acude a nuestra consulta es mejorar su calidad de vida debido a estar padeciendo de varices en piernas o de varices vulvares. Algunas pacientes padecen unos síntomas muy molestos e invalidantes, por lo que intentamos mejorar su calidad de vida durante el embarazo.

En general las varices vulvares no contraindican el parto vaginal salvo casos muy extremos, aunque incluso en esos casos podemos poner tratamientos para que mejoren antes del parto.

¿Cómo mejora la vida de la mujer embarazada con el tratamiento adecuado?

Cuando una mujer está embarazada es fundamental cuidar las piernas desde los primeros síntomas e incluso en ausencia de ellos. De este modo podemos disminuir el riesgo de que la paciente desarrolle insuficiencia venosa posterior. En caso de que exista, el llevar un seguimiento hace que podamos diagnosticarla y tratarla desde fases muy precoces.

OTROS SERVICIOS DE VARICES